La vespa roja, la gruta encantada y la bota peregrina. ¡Casi ná!

¡Hola a tod@s!.

Tras un período de inactividad y desconexión vuelvo a la blogosfera con una entrada distinta a lo usual, más personal, alejada por completo de mis pequeñas creaciones y con cierto toque de agradecimiento-homenaje a una persona muy especial e importante en mi vida, con la que la palabra AMISTAD adquiere su pleno sentido y su significado verdadero. Este post será una excepción a la regla general para explicar uno de los principales motivos de este retiro temporal del blog y de las respectivas visitas a otros blogs (mil perdones, me iré poniendo al día poco a poco, si el PC no vuelve a jugármela - toquemos madera para que no vuelva al taller- y el dentista se apiade de mí).

¡¡¡¡¡He ido a visitar a mi MEJOR AMIGA!!!!!, a la que considero y quiero como una hermana. ¡Ya era hora!. Nuestra amistad se remonta a tiempos de preescolar (sí, sí, ha llovido unos cuantos años), gracias a una profesora que tuvo la genial idea de sentarnos juntas en el pupitre (¡qué ojo tuvo la mujer y pobre amiga la que le cayó conmigo!). A partir de ese instante, fuimos inseparables (bueno, para ser fieles a la historia, casi, lo entenderéis conforme avance en la narración): sesiones de estudio en su casa con la ayuda de su paciente madre, recreos intercambiando cromos, cartas perfumadas o saltando a la goma o a la comba, quedadas para jugar a las muñecas (menuda colección juntábamos las dos con las Barbies, Chavel y Sindy, y las miles de historias que creábamos en un periquete. ¡Imaginación no nos faltaba!. ¡La de outfits que ideábamos también!) y más tarde a la videoconsola (nos encantaba jugar al Mario Bros), paseos por el centro de la ciudad con nuestras madres y el trasto de mi hermano (no paraba ni un segundo, se escapaba a la menor ocasión), funciones de teatro (en papeles modestos, e incluso un poco rígidos. No entro en detalles, mi amiga es capaz de colgarme en la próxima visita el traje de gitanilla a modo de sambenito para resarcirse de daños y perjuicios si desvelo más. No voy a correr el riesgo, no quiero parecer un "revival" de Lina Morgan. ¡Los volantes no están hechos para mí, qué se le va a hacer!), participaciones en concursos literarios (sí, ella tiene el don y la capacidad de transmitir y emocionar con las palabras. Se alzó con un primer premio. Podéis comprobarlo en su estupendo blog, un compendio de moda, reflexiones, historias, viajes, ..., vamos, mi amiga se curra las entradas), su ayuda cuando rodé por las escaleras (momento "Circo del Sol" total: no recuerdo haber hecho más giros, piruetas y volteretas en mi vida. ¡Qué pena que mi trayectoria como acróbata durase unos segundos!. Pobrecilla, qué susto se llevó y la carrera que se pegó para avisar a mis padres) y su posterior apoyo cuando estuve con la pierna escayolada (la de recreos que se perdería por hacerme compañía en clase), fiestas de cumpleaños en el burger o comida en mi casa con la típica tarta helada, misas memorables en última fila, respeto compartido por ese demoníaco aparato de gimnasia que nos quitaba el sueño (el "potro",  ¿qué mente perversa lo inventaría para atormentarnos?), veranos con correspondencia, carreras por el patio del colegio para escapar de un niño, horas sentadas en un banco de piedra para ver al buenorro del bar (íbamos bien preparadas, con provisiones de chucherías y "mentitas" para no desfallecer!!!), idas y venidas del colegio cargadas con nuestras mochilas y carpetitas llenas de risas, lagrimones y agujetas de tanto reír, canciones, imitaciones disparatadas, cotilleos, quejas de los horribles leotardos, de la dichosa falda del uniforme en días de frío, lluvia y viento, o de los largos diálogos que teníamos que aprender de un día para otro para las clases de francés, fastidio por tener que recogernos antes que el resto de amigas del grupo (¡siempre nos perdíamos lo mejor!, ¡éramos las primeras en irnos!), gozo y alegría por la apertura de Kiddy´s Class (se acabaron las hombreras, las mangas acampanadas, ..., ¡viva!, Amancio hizo entrada por la puerta grande en nuestras vidas), los momentos para chuparse los dedos con la caldereta de su abuelo, etcétera.  

Sin embargo, nada permanece inmutable. A lo largo del camino, hay bifurcaciones, cambios de dirección. El destino y las decisiones entran en juego en el devenir de una persona. Un día, mi amiga del alma comunicó que sería el último curso juntas. Se mudaba a otra ciudad, a cientos de kilómetros de distancia. Mi mejor amiga marcharía a la conquista de Al-Ándalus tras finalizar el curso. Dicha noticia marcó un antes y un después (tranquil@s, me saltaré toda la parte tristona que supuso tal noticia y el impacto que tuvo). Eso sí, ¡cómo aprovechamos y disfrutamos del tiempo que nos quedaba!. Fue una época realmente bonita, entrañable, divertida, la guardo como oro en paño, como un tesoro que la vida te brinda, a la que hay que sacar el máximo jugo y provecho y la que recuerdas con una sonrisa dibujada en la cara. Y como se suele decir, "todo llega, todo pasa", tocó el turno al acontecimiento que por nada del mundo quería que sucediese: la despedida. Me empeñé en no llorar y controlarme para no hacérselo pasar más difícil a mi amiga, aunque mi propósito hizo aguas enseguida. Las lágrimas hicieron acto de presencia nada más perderla de vista, en el trayecto de vuelta a casa, el cual ya no volvería a hacer más con ella. Fue duro hacerse a la idea de que ya no la tendría a un par de minutos de mi casa, sino a varias horas de viaje. Mira que han pasado ya años, sin embargo, tengo por costumbre alzar la vista hacia las ventanas de la que fue su casa cada vez que paso por su calle). 

Este hecho no supuso el fin de nuestra amistad, sino que la fortaleció a prueba de balas, no decayó (citando el título de una canción de David Guetta se hizo Titanio, resistente al paso del tiempo, a la distancia y a las circunstancias personales de cada una. Téngase en cuenta que en aquellos días el medio para mantener contacto era el correo ordinario o las llamadas telefónicas, nada de mensajes por móvil, correos electrónicos, whatsapps o redes sociales - parecía ciencia ficción-). Creció, maduró como los buenos vinos. Pese a la distancia física, puedo decir con orgullo que es la persona y amiga más cercana y generosa, con un buen rollito y alegría que contagia a quien está a su lado, que sabe escuchar, que SIEMPRE ha estado ahí (tanto en los buenos momentos como en los malos, y mira que le he dado el coñazo a la pobre) y con la que puedo contar incondicionalmente.  

Han sido unos días maravillosos por tierras gaditanas y por ese viaje a Sevilla (aún tenemos pendiente un "voyage" por Italia). He podido disfrutar de la compañía de mi amiga y su familia. GRACIAS por hacerme sentir "en" casa, por todos los momentos compartidos (anda que no te he hecho trabajar con la brocha, ¿eh?) y por los esfuerzos que has obrado para pasar el máximo tiempo (¡no olvidaré la sorpresa de encontrarte inesperadamente en la estación de tren cuando creía que aún estabas en el despacho trabajando!). En definitiva, no podría haberme encontrado más a gusto.

Llegados a este punto, os preguntaréis: ¿a cuento de qué le ha puesto Zia este título a la entrada?. Pues bien, por destacar tres vivencias de esta visita. La vespa roja fue el presagio a una tarde de sábado llena de sorpresas (mi amiga y yo compartimos nuestro amor por esta motocicleta). Descubrí y disfruté lo que era una zambomba en Jerez de la Frontera, en un marco incomparable: Las Bodegas González Byass. Visitamos zonas de las Bodegas con mucha solera, en las que conté con clases magistrales de mi amiga y su simpática pareja (¡cómo se nota que entienden de vinos!, son unos expertos. Tendríais que verlos cómo hablan del tema, con total propiedad) e incluso tuvimos el placer de ver las barricas firmadas por personajes ilustres y celebridades (Steven Spielberg, la dama de hierro, ...). La gruta encantada a nuestro largo paseo por el Parque Genovés en Cádiz. Se nos fue el santo al cielo, perdimos la noción del tiempo. Disfrutamos como niñas en la zona del lago con cascada (en la foto que aparece abajo podéis ver la cascada). Mi amiga se hartó de sacar instantáneas. La bota peregrina a la excursión realizada a la sierra de Cádiz donde mi amiga se quedó sin tapa en una bota y casi no vive para contarlo con tal de salvar su preciada cámara de una muerte segura. 

¡¡¡¡¡¡Gracias Rocío!!!!!!

Within Temptation - Titanium (David Guetta cover)

Muchísimas gracias por los comentarios.

Feliz domingo. Have a good week!!!!.